El suicidio del Primer Mundo: impotencia democrática, desigualdad y precariedad

Por: José Luis García | Publicado: 18 de marzo 2018

Sólo 20 años han bastado para que los desastres naturales por año se dupliquen y en el saldo millones de personas estén en riesgo si el planeta se calienta un par de grados. Las razones son cada ves más difíciles de entender, dado que es cada vez más elevada la proporción del PIB mundial dedicado a subvencionar al carbón, superando incluso al gasto público mundial en sanidad.

En las dos últimas décadas, el número de desastres naturales por año se ha duplicado, pasando de 200 a 400. Los hogares de 130 millones de personas están en riesgo de quedar sumergidos si el planeta se calienta un par de grados. En 2050 si no se hace nada puede haber 200 millones de refugiados climáticos. Son anuncios que provocan miedo. Y mientras, se estima que Big Oil gasta 115 millones de dólares al año para obstaculizar políticas en materia climática. De hecho, según los cálculos del FMI, el 3,9% del PIB mundial se destina a proporcionar subsidios al carbón. Este subsidio (5,3 billones de dólares después de los impuestos) es mayor que el gasto mundial en salud. La mano invisible, pues, no saldrá al rescate del planeta, pero todas las señales apuntan hacia un futuro basado en las energías renovables. En Europa, los precios de las renovables están cayendo. Portugal funcionó durante cuatro días consecutivos exclusivamente con energía renovable en mayo de 2016. La planta de carbón de Nanticoke (Ontario), que en su día fue la más grande de América del Norte, se está convirtiendo ahora en una instalación de energía solar. Japón está construyendo la mayor planta solar flotante del mundo y a día de hoy tiene ya menos gasolineras que puntos de recarga para coches eléctricos. En Estados Unidos hay el doble de puestos de trabajo en el sector de la energía solar que en el del carbón. Y en 2015 se invirtió por primera vez más dinero en energías renovables que en combustibles fósiles. La lista continúa. La mayoría de las estimaciones sugieren que se necesitaría entre un 1% y un 3% del PIB mundial para financiar la transición. Esta cantidad es todavía menor de la que actualmente se emplea en subvencionar a los combustibles fósiles. El cambio es posible. Y cambiará la economía.

LEER MÁS AQUÍ
LEER MÁS ARTÍCULOS EN ESPAÑOL AQUÍ